Sabemos que vuestra ansia de conocimiento no tiene límites. Os vais a convertir en unos expertos de los videojuegos y los eSports. Y para ayudaros os traemos un nuevo artículo donde vamos a hablar sobre los jugadores profesionales de eSports … ¡Sí, es un trabajo!
Ya estamos en la pantalla de carga, ¡VAMOS, que va a empezar la partida!
¿Qué significa ser un jugador profesional de eSports? Ya sabéis, por el artículo anterior, que los videojuegos a nivel profesional generan puestos de trabajo, pero el más destacado, como pasa en cualquier deporte, es el de los jugadores.
Aunque no lo parezca, un jugador de eSports tiene un horario de entrenamiento, unos compromisos publicitarios, recibe apoyo psicológico y debe alcanzar unos números mínimos de seguidores en función de lo importante que sea la imagen de su club.
Nos explicamos con un ejemplo: un jugador del equipo G2 (equipo que podéis ver en la foto de portada y que es el más importante de Europa) tiene que entrenar 8 horas con sus compañeros, preparar los partidos, estudiar a los contrincantes, realizar streams en Twitch cada cierto tiempo para cumplir con sus obligaciones contractuales, hacerse fotografías de equipo, promocionar los productos de sus patrocinadores, recibir apoyo psicológico cuando se pierde un partido o un torneo…
Otro dato interesante es ver cómo han crecido el número de jugadores profesionales de eSports a lo largo de los últimos años. Aquí podéis ver el gráfico que muestra la gran subida: en 2007 apenas había 2.500 jugadores profesionales, y en 2019 se alcanzó la increíble cifra de casi 28.000 jugadores profesionales, casi nada.
Hemos tratado qué hace un jugador de eSports es su día a día, es decir, es su jornada laboral. Pero, como todo trabajo, también hay una remuneración a cambio (de lo contrario no debería considerarse trabajo). En primer lugar, vamos a destacar un dato muy significativo que concierne a la “bolsa” de premios que reparten los eSports: desde 1998 se estima que los deportes electrónicos han repartido unos 470 millones de euros en premios. Un jugador profesional que pertenece a un equipo, tiene marcas a su lado y realiza streamings prácticamente diarios, lógicamente tiene un salario de carácter elevado. Ejemplificamos con un caso que llamó la atención de los medios hace bien poco, y es el del proplayer Tfue. Este jugador americano, famoso por ser de los mejores del mundo en Fortnite llegó a tener un sueldo anual de 478.000 dólares frente a los 400.000 dólares que tenía Donald Trump (sueldo únicamente de presidente). Y si hablamos de EE. UU. hablamos también de Rusia. El videojuego Dota 2 es el más popular junto a PUBG, y tal es su importancia en el país que uno de los torneos más importantes, el Epicenter Major, tiene lugar en Moscú. Pues bien, el proplayer Solo ha llegado a ganar la cifra de 843.292 dólares anuales frente a los 136.000 dólares que ganaba el presidente Putin.
Dicho esto destacamos nuevamente dos datos que, para la gente no tan puesta en este mundo, serán perturbadores: el pico de ganancias por país más altas asciende a 64.269.300€ logrados por 2.783 jugadores chinos; el pico de ganancias por edad es de 27.854.60€ logrados por 1.372 jugadores de, ¡ojo! 22 años.
Pero ahora hablemos de la realidad, es decir, de la mayoría de los proplayers. Los salarios mensuales de estos gamers varían entre los 1.000 – 5.000€, pero los mejor pagados (League of Legends), pueden embolsarse unos 15.000€ mensuales. En cuanto a la parte de streaming que realizan estos jugadores, es utilizada como un complemento salarial y en muchos casos acuerdo contractual. Un streamer de Twitch con 2.000 suscriptores puede ganar 5.000€ adicionales por mes. Suscribirse a un streamer de Twitch cuesta 4.99€ por mes, y el streamer recibe la mitad de ese dinero, y aquellos que tengan contrato con Twitch pueden recibir hasta el 80%. Los streamers también pueden monetizar sus retransmisiones con anuncios y recibir donaciones de los espectadores.
¿Os esperabais lo que acabamos de contar? ¿Las 8 horas entrenando, el psicólogo del equipo…? ¿Y la disparidad de salarios dentro del ámbito proplayer? Queridos amigos y amigas, cuando se cobra por hacer un hobby, deja de ser un hobby y pasa a ser una profesión, con sus cosas buenas y sus cosas malas
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