El utópico campo del diseño gráfico nos abre las puertas a una gran pluralidad de especialidades 

Optimización, creatividad, generación de valor y belleza, pensamiento crítico y calidad gráfica y conceptual son los fundamentos alrededor de los que versa la profesión de diseñador gráfico. La máxima de un experto en diseño gráfico consiste en emplear el diseño como herramienta comunicativa y solucionadora de problemas.   

En la sociedad interconectada en la que vivimos, el diseñador gráfico está situado en el centro de toda actividad. Actualmente, las personas no prestan especial atención a anuncios y contenidos por falta de tiempo, precisan que todo sea ágil y directo, sin suponer una gran inversión de tiempo.  

Debido a esta rauda sociedad, los diseñadores gráficos son los encargados de generar comunicaciones visuales que atraigan la atención de los espectadores y la mantengan en el tiempo. Se trata de unos profesionales esenciales y muy demandados en el mercado del diseño. 

Si hay un ámbito en el que no existen barreras, la imaginación viaja libremente y casi todo puede convertirse en algo tangible, ese es el diseño gráfico. En su interior podemos encontrar una extensa heterogeneidad de especialidades que tiene como nexo de unión el diseño. Una de las más relevantes en este momento, pero que, sin embargo, nos lleva acompañando desde épocas remotas es el diseño editorial. 

Podemos considerar que el diseño gráfico es el eslabón superior del diseño que lo abarca todo y la aplicación de su trabajo la encontramos en casi cualquier objeto, puesto que se trata de comunicación visual. Por otro lado, el diseño editorial pone su foco de atención más concreto en revistas, periódicos, libros, catálogos, manuales de instrucciones, libros electrónicos, etc.  

En cuanto a las funciones de ambos perfiles, es necesario destacar que la función principal de un diseñador editorial consiste en maquetar y componer publicaciones con el propósito de obtener un diseño funcional y atractivo para el lector, en el que texto e imagen generen una combinación exitosa. 

El Máster Profesional en Comunicación Visual, Diseño Gráfico y Packaging de instituto cuarenta y dos muestra una visión holística del sector, tratando desde el branding hasta el diseño para eventos y publicidad, pasando por gráfica aplicada, tipografía e imagen, diseño de identidad, conceptualización y arquitectura y gestión de proyectos de diseño, entre otros muchos aspectos.  

Por su parte, el Máster Profesional en Diseño Editorial para Soportes Impresos y Digitales dirige la mirada hacia centros formativos de vanguardia que tenemos como referentes: John Cage, Norman Foster y Walter Gropius. Siguiendo su estela, este máster procura conocimientos en cuanto a microtipografía, dirección de arte, infografía y sistema de iconos, producción impresa y experiencia de usuario, como elementos a remarcar.  

En cualquiera de los dos casos, si sientes que aplicas tu creatividad a cualquier acción de tu vida cotidiana y quieres que el diseño forme parte de tu día a día, instituto cuarenta y dos es la escuela idónea para comenzar y/o ampliar tu formación en diseño. 

Imágenes: Maba, Rubio y del Amo, Ibán Ramón, Koln Studio, Manel Quílez.

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